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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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10-03-2019

Venezuela y 10 binarios


Ramses Morales Izquierdo

 

SURda

Opinión

Venezuela

Fernando Moyano


Tristezas del marxismo - Una opinión personal

 

- Esta batalla está completamente perdida, pero apenas son las dos de la tarde, hay tiempo para ganar otr a - Desaix a Napoleón, en Marengo


Como las letras más difíciles de ver en un mapa son las más grandes que lo atraviesan, así, el pensamiento binario pasa desapercibido porque lo atraviesa todo, y se piensa en forma binaria sin tener conciencia de ello. Hay DOS posturas bina rias sobre Venezuela, disculpen el ardid del título, donde dice "10" en binario léase dos. 

El pensamiento binario funciona con esta lógica: " Si no estás conmigo estás contra mí ". 

Del chavismo ya hable durante años, criticándolo a partir de lo que creo es un punto de vista marxista y lo resumiré acá, p ero antes señalaré  la otra postura binaria que ha recientemente aparecido, y no le prestaría atención si no viniese con la pretensión de ser una posición marxista. La postura es vieja, lo nuevo es el ropaje marxista.

El muy respetable marxista argentino Rolando Astarita, un verdadero erudito al que vale pena seguir, ha publicado en su Blog varias notas en las que defiende la posición de que en la crisis venezolana el marxismo debe apoyar la salida burguesa (lo dice expresamente). Dicha salida burguesa, hoy, es la que impulsa la oposición encabezada por Juan Guaidó. Astarita reclama la realización de elecciones libres en Venezuela y alguna cosa más, muchos de sus comentaristas que lo acompañan  (los comentarios de cada nota pueden sumar más de un centenar), ellos sí defienden expresamente la instalación del gobierno de Guaidó.

Al pie ponemos los vínculos a las notas de Astarita, los títulos de las primeras son porque el disparador fue  objetar  planteos de grupos políticos argentinos, y en general ese tipo de motivación explica un poco lo singular de ese alineamiento. 

Una característica es la soberbia y falta de respeto con la que Astarita y sus seguidores tratan a los que opinan diferente. Y y a que uno de ellos firma “La Duda Metódica” (curioso seudónimo para un verdadero escolástico) no me crean, pongan en DUDA esto que digo, hagan la prueba, tómense el trabajo de entrar en el blog y publicar comentarios con opiniones contrarias, y verán. Y verán también que Astarita combate duramente toda crítica que se haga al bando de Guaidó, y nunca encuentra un pero a los que lo apoyan, por reaccionarias que sean sus posturas, que las hay. Va una:

" El programa marxista en Venezuela debe ser de super mínima. Esas mínimas no se van a conseguir con el chavismo y a excepción de una suba del precio del petróleo, no hay forma de que puedan normalizar la inversión. Por eso una restauración burguesa, si bien acompañada de ajustes y represión, encauzaria la situación hacia una república burguesa común como el resto de América Latina. Si se recompone la inversión, aun con ajuste y todo, mejoraría la situación económica de la clase obrera".

Por supuesto que de nada sirve todo lo que yo  haya  escrito de crítica al chavismo. En tanto no estoy alineado con su postura marxista escolástica pro Guaidó, soy, para ellos, un chavista disfrazado. Y tal vez nada de lo que diga ahora criticando esa posición separe a los pro Maduro de la idea de que yo soy un pro yanki disfrazado.

Aclararé lo de escolástico. Galileo se puso a tirar distintos objetos desde lo alto de la Torre de Pisa (si es que es cierto eso) midiendo sus tiempos de caída. Le dijeron (los escolásticos) que Aristóteles dijo que el tiempo de caída es inversamente proporcional al peso, si una cosa pesa el doble que otra caerá en la mitad del tiempo. “Pero las pesas no dicen lo mismo ”, dijo Galileo, que no era escolástico.

Lindo homenaje le haremos a quien dijo “el marxismo no es un dogma sino una guía para la acción” (Lenin) si nos ponemos a repetir a lo loro lo que dijo sin ver lo que dijeron las cosas que cayeron por su peso desde entonces, y repitiendo además justamente eso de lo que luego él mismo se desdijo porque los hechos lo hicieron cambiar, y lo mandó al “museo de los viejos bolcheviques ”, adonde estos escolásticos lo van a buscar.

Las opiniones, aciertos o errores, de Lenin o de quien sea, o las limitaciones de su pensamiento, hay que verlos a la luz de los hechos. ¿Qué sentido tiene argumentar, por ejemplo, que la auto-determinación de los pueblos no puede aplicarse acá y sólo puede referirse a la independencia política formal de un Estado porque en el tiempo de Lenin  las cosas eran así o asá? Las cosas han cambiado, el imperialismo ha cambiado, la contradicción entre el imperialismo y la lucha de liberación de los pueblos y l as condiciones de esa lucha también, y por lo tanto el contenido de las consignas también, como cambia el significado de las palabras a medida que cambian los significantes reales. Que algunos usen un lenguaje decimonónico no justifica reducirnos a una interpretación decimonónica. 

Y vaya marxismo, además, si luego de un análisis bueno, malo o como sea, la acción que proponemos es apoyar al enemigo, para que no nos confundan con los errores y crímenes que hayan sido cometidos en nombre de un supuesto socialismo o antiimperialismo.

Por cierto, la izquierda que limita o condiciona su antiimperialismo al nacionalismo burgués -como Chávez- ha hecho estragos en el terreno ideológico y político, y aferrarse a defender el resultado "maduro” de ese estrago es insostenible. Una de las razones entre otras por las que el imperialismo yanqui no ha apurado la caída de Maduro es porque esta agonía le sirve, arrastra y desprestigia a la izquierda del continente, y eso para el imperialismo es  su festín. Y la “centro-izquierda” liberal que se ubica en el terreno de la democracia burguesa y critica a Maduro por su naturaleza autoritaria y militarista, por la represión, la corrupción, la ineficiencia de gestión que ha llevado al país a la ruina, pero no por su carácter capitalista porque toma al capitalismo como un hecho natural, le sirve el plato en bandeja. 

Y ahora, este agregado de marxismo, es la frutilla de la torta. 

Vayamos por partes, entonces.

¿Qué ha sido el chavismo o proceso bolivariano, y qué podríamos a aportar desde el marxismo para comprenderlo y pensar hoy en un objetivo revolucionario, una estrategia y una táctica?

Lo que podemos decir no tiene nada de novedoso , ha sido más que dicho.

El chavismo ha sido desde el comienzo una nueva versión, actualizada a la época, del viejo populismo latinoamericano. O sea: un movimiento de amplia base popular y de formas políticas bonapartistas y caudillescas, que desborda los regímenes políticos oligárquicos tradicionales de nuestro continente que, en el mejor de los casos, toman la forma de democracias liberales limitadas o tuteladas, y los límites ya  los hemos conocido. Desbordes que ocurren en coyunturas de crisis social, cuando esas restricciones a las demandas populares se hacen insostenibles, y además la crisis política del régimen dominante abre allí una brecha. O, si estamos para las citas clásicas, " cuando no sólo los de abajo no quieren sino que los de arriba ya no pueden" .

Pero el populismo en general, y el chavismo en particular, no es un cambio revolucionario. La condición del populismo es ser una válvula de escape pero no una ruptura.

Comparando, el chavismo tuvo algo de mejor y algo de peor respecto de los viejos populismos, y en las dos caras de la moneda se ve el cambio de época.

El populismo siempre significó conquistas para los trabajadores, en una especie de Estado de Bienestar en la periferia. Y en el caso del chavismo fue mucho más participativo que otras experiencias, en las que la clase trabajadora era solamente un sujeto pasivo de esas mejoras, acá no. No fue antidemocrático, todo lo contrario, con su reforma constitucional llevo adelante reformas democráticas muy avanzadas. Y, a diferencia del viejo populismo latinoamericano de décadas antes como Perón, no fue antisocialista. Tomó -cierto que a las cansadas y sólo en las palabras- el término "socialismo del siglo XXI". Resultó ser cualquier cosa menos socialista, pero rescató la palabra socialismo en un momento cultural abiertamente antisocialista. Pero lo que tuvo más de positivo el chavismo, en su primer período, es el espacio para la participación popular. Limitada y controlada desde arriba, como en todo bonapartismo, pero mucho más amplia que otras experiencias. Eso no niega la involución que tuvo luego, pero un marxista tiene que entender la causa de ese proceso.

En lo que el chavismo estuvo más atrás todavía que las viejas experiencias populistas es en que no sólo no rompió con las relaciones de producción capitalistas, sino que ni siquiera lo intentó parcialmente. Mantuvo sin cambios la economía extractivista rentista basada en el petróleo. Otras experiencias populistas burguesas anteriores fueron más allá, intentaron  un desarrollo industrial propio más o menos autónomo, hicieron un esfuerzo, y a veces algo lograron. Incluso en algunos casos se intentó un desarrollo tecnológico autónomo. El chavismo nada de eso. Siguió por la  fácil, igual que la burguesía tradicional venezolana, de la cual ocupa parcialmente el lugar en forma bonapartista pero sin alterar las relaciones productivas. Y así, con eso, heredó también todos sus vicios. El militarismo y la corrupción son consecuencia de esa situación de base, y un marxista debería encarar el tema desde esa óptica.

Porque la involución política del chavismo en el último periodo, hacia un bonapartismo militarista vertical y represivo, tiene esa base material. El cambio de coyuntura mundial en la economía petrolera, el fin de la bonanza, arrastró al chavismo a la crisis, y eso provocó su proceso degenerativo antidemocrático, y el callejón sin salida en que se metió. El marxismo tiene que ir a la raíz del fenómeno y no reducirse a la denuncia de la represión y el militarismo desde el punto de vista liberal burgués. Y eso no es una mera cuestión explicativa, es un tema programático. Porque cuando la crítica va a la raíz, al mantenimiento de la relación de dependencia, que forma parte del mantenimiento de las relaciones de producción capitalista en la forma concreta en que se dan en Venezuela, esa crítica nos alumbra el camino a seguir.

Vamos a retomar lo que iniciamos más arriba, la auto-determinación de los pueblos . Dice Astarita:

"... en la medida en que un país es económicamente atrasado, pero formalmente independiente –o sea, que tiene gobierno propio- no está planteada tarea alguna de liberación nacional . Es que la demanda de liberación nacional solo se puede referir al derecho (formal) a la autodeterminación. Este derecho no se puede ejercer cuando hay una situación de colonia (o semicolonia). Es que un dominio colonial supone la ocupación militar del territorio y que el gobierno e instituciones sean impuestos por la potencia colonial. Es lo que garantiza la extracción de excedente vía pillaje y robo, esto es, con métodos no económicos, que van siempre de la mano del dominio colonial. Una situación que era muy común en el Tercer Mundo en la época en que Lenin escribía su famoso folleto sobre el imperialismo, pero que hoy casi no existe. Y casi no existe porque los países atrasados, en su inmensa mayoría, son económicamente dependientes de las potencias capitalistas, y de las grandes corporaciones, industriales o financieras, pero no son colonias, en la medida en que tienen el derecho a formar gobiernos propios".

Eso de  "casi no existe" es completamente falso, puse el ejemplo de Haití que fue intervenido militarmente por la ONU luego de que tres países imperialistas lo invadiesen, derrocasen, secuestrasen y expatriasen a un presidente democráticamente electo, y ahora, luego de 13 años de "estabilización" la protesta popular estalla , con represión, muertos, espantosa crisis humanitaria y la "comunidad internacional" llamando al pueblo a que se tranquilice. La respuesta de Astarita fue:

"¿Para qué escribe esto? ¿Qué busca? ¿Quiere que hablemos de ayuda huanitaria a Haití para que no hablemos de las responsabilidades de la izquierda en el drama de Venezuela? ¿Tan burdo es el asunto? Sinceramente, lo suyo me resulta incomprensible".

Veremos si podemos resultar más comprensibles en eso, más adelante. Haití; podríamos decir también Irak, Afganistán, Libia, Malí, Congo, Ruanda, Palestina, Grenada, y todo eso que casi no existe.

¿Qué tiene que decir sobre el tema general un marxista, un materialista histórico

(Y no es que Astarita no diga ni una palabra con sentido marxista, mucho de lo que diremos a continuación él también lo dice con sus palabras, aunque pasando por alto cosas que rompen los ojos como eso de Haití. El problema es la conclusión a la que llega).

La auto-determinación de un pueblo no es una cuestión formal, es una cuestión material. No se trata de auto-determinación en el papel sino en la realidad. Un pueblo debe tener soberanía alimentaria, soberanía energética, soberanía tecnológica , etc, para tener auto-determinación real. Hay en Venezuela una crisis humanitaria por falta de medicamentos. ¿Por qué la hay? Porque el chavismo mantuvo la economía exportadora-importadora disociada, vendo petróleo y compro todo. Cuando el gobierno de Salvador Allende inició su plan de autonomía en 500 medicamentos genéricos , trazó una ruta que ha sido seguida provechosamente en todas partes del mundo.

Pongamos el caso de la soberanía energética. Venezuela tiene petróleo, pero no puede disponer de su propio petróleo porque no ha desarrollado en forma autónoma la tecnología de refinad o para ese tipo de petróleo, e incluso ha mantenido su refinería propia de petróleo pesado en territorio de EEUU. Tampoco ha intentado una autonomía en energías renovables. La generación eléctrica es a partir de la hidráulica, porque se ha dejado TODO el petróleo para la exportación, llegando al absurdo de exportar crudo e importar refinados. Pero las sequías afectan gravemente la generación hidráulica, y nada se ha hecho en desarrollar otras fuentes como la eólica. Y lo mismo veremos en todas las áreas de producción. 

La crítica al chavismo desde el punto de vista del materialismo histórico, ya de por sí indica el camino programático que debe asumir el marxismo en Venezuela. Y es la revolución socialista. Y no (y aquí está lo de la conclusión al revés que saca Astarita) la restauración de una "república burguesa normal" .

Vayamos a la cuestión de la escolástica.

Astarita reúne unas cuantas citas de clásicos marxistas para reivindicar la república democrático-burguesa frente al "absolutismo", entre ellas Lenin, "Quien desee llegar al socialismo por otro camino que no sea el de la democracia política formulará inevitablemente conclusiones absurdas y reaccionarias, tanto en el sentido económico como político”,  Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática (1905). Precisamente

Eso, como afirmación general, es totalmente correcto. Pero es muy pobre, porque no explica ni de qué esta hablando Lenin. Hay que entender el contexto del texto . Los bolcheviques y los mencheviques, ambas alas de un mismo Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia , esperaban que ocurriese allí una revolución democrático-burguesa contra el "absolutismo", el régimen zarista. Diferían en la táctica. Pero Lenin incluido, esperaban la realización de una república burguesa llevada adelante por la burguesía, y un desarrollo capitalista que oprimiese y explotase a la clase obrera, pero en parte también la beneficiase con ese desarrollo, y eso lo dice Lenin a texto expreso. Pero eso no ocurrió

Tres tristezas acá en este marxismo escolástico. La primera, asombrosa porque ni buenos escolásticos son, es que Lenin comprendió eso y modificó expresamente su concepción de la revolución, en abril de 1917 cuando llegó a Rusia del exilio luego de la Revolución de Febrero. Se desprendió de esa expectativa en la condición democrática de la burguesía real que tenía delante, y dijo que esos escritos suyos anteriores debían ir "al museo de los viejos bolcheviques ". La segunda, también asombrosa, es que hubo un marxista revolucionario ruso que tuvo una visión más avanzada que el Lenin de 1905: Trotsky, quién formuló al respecto el concepto de revolución permanente . Y de la tradición de Trotsky vienen Astarita y sus seguidores, en forma crítica y muy bien que hacen porque Trotsky cometió errores, pero una vez que pegó una...

La tercera tristeza es peor. Porque los escritos de los clásicos del marxismo en la época en que la revolución democrático burguesa todavía estaba al menos en la expectativa, son una cosa. Y además digamos que en esos marxistas fundacionales siempre estuvo claro el límite de esa democracia burguesa dictado por su naturaleza de opresión de clase. Pero el nudo del asunto es que hoy estamos en otra época histórica. Hay que defender las formas políticas de la democracia burguesa y los derechos democráticos frente a una dictadura militar u otras formas de autoritarismo y regímenes represivos, eso es totalmente correcto. Pero poner esperanzas en que eso ocurra por obra de una "burguesía democrática" es peor que un anacronismo. Esa revolución democrático-burguesa que esperaban los bolcheviques en Rusia no ocurrió, ni tampoco luego lo que esperaban en China, etc, etc. Y menos en América Latina. Pero el verdadero tema es que hoy ¿hay en nuestro continente una revolución democrático-burguesa?

Así como el derrumbe del "socialismo real" dio espacio a la restauración capitalista en la URSS y Europa del Este, acá, y no siendo la misma cosa,  la decadencia y crisis catastrófica del "socialismo del Siglo XXI" y otras formas del ciclo reciente de reformismos y populismos, dan ahora espacio a una nueva ofensiva "restauracionista" del neoliberalismo, junto con una ola neo-fascista. La decadencia general del capitalismo trae una decadencia global de la democracia burguesa, que nunca fue muy democrática, y lo vemos en todo el mundo. ¿Y acá, hoy?

¿Y en Venezuela?

Astarita señala muy apropiadamente que Maduro arenga en la puerta de los cuarteles, en vez de al pueblo. ¿Y Guaidó? Porque lo que está claro es que la oposición burguesa en Venezuela, no es que fracase en su llamado a una rebelión popular contra Maduro, ni siquiera lo intenta ni quiere. ¿Y por qué no? Porque es burguesa . Los destinatarios de todos los mensajes y pedidos de ayuda de Guaidó son el imperialismo yanqui, y los militares venezolanos. Lamenta que estos últimos deserten y crucen la frontera en vez de rebelarse. ¿Por qué no se rebela él, por qué no entra clandestinamente a Venezuela y organiza un foco guerrillero? ¿Por qué no se juega el pellejo?

De la misma forma en son ridículas las interpretaciones superficiales que atribuyen la involución del chavismo a la muerte de Chávez y a la torpeza de Maduro o su falta de carisma o estupidez del pajarito en vez de ir al análisis de clase, también es ridículo hablar de que Guaidó en un payaso, que no tiene legitimidad, etc. etc. 

¿Qué pasó con su " Febrero 23 "? Voy a recordar otro de hace 103 años:

"Nuestro México febrero 23, dejó Carranza pasar americanos - Diez mil soldados seiscientos aeroplanos..." - Corridos de la revolución mexicana

Pero este quedó en la nada, los que estaban en Colombia quedaron allí. Porque Guadió no tiene poder alguno, él no puede dejar pasar americanos porque no está en sus manos hacerlo, y no lo está porque no gobierna, y no gobierna porque carece de la base social necesaria. ¿Por qué? 

Porque la burguesía tradicional venezolana sufre misma decadencia que el gobierno de Maduro porque es parte del mismo capitalismo, agravada además porque las sanciones económicas la afectan también en sus negocios, y además la "boliburguesía" la desplaza. La burguesía venezolana depende totalmente, para formar un gobierno propio, de la intervención yanqui. ¿Por qué? Por su condición dependiente. Y a su vez el imperialismo yanqui tiene su propia decadencia. Está en retroceso, por eso necesita desesperadamente pasar a la ofensiva, pero no puede pasar a la ofensiva... porque está en retroceso. No está como cuando el otro "febrero 23". Tengo la bola empañada y no sé, realmente, lo que va a pasar.

Pero sí sé que esa expectativa que pueda  tener un desnorteado marxista escolástico en una democracia burguesa y una república burguesa "común" en Venezuela, tiene dos problemas:

1) Es un proyecto reaccionario.

2) No va a ocurrir.

Y veamos entonces la conclusión de Astarita:

"¿Y por qué la demanda de liberación nacional no puede aplicarse a un país atrasado y dependiente, en respecto a la economía? La respuesta es sencilla: porque acabar con la dependencia económica es imposible en tanto todas las economías capitalistas están vinculadas al mercado mundial, y en tanto no se termine con el dominio globalizado del capital. Por eso, el superar la subordinación de las economías al mercado mundial no puede ser obra de una revolución burguesa (o de un gobierno, o movimiento, burgués, por más “nacional” que se proclame). Precisando, además, que cualquier país que inicie una revolución socialista seguirá siendo dependiente del mercado mundial en tanto la revolución no triunfe a nivel internacional (por eso es imposible la construcción del socialismo en un solo país)."

Sí, estoy de acuerdo . La ruptura de la dependencia no puede conseguirse por el camino capitalista, sea bonapartista o no, y por eso fracasó el chavismo, y por eso esta crisis política del gobierno de Maduro. Y POR ESO MISMO NO TIENE SENTIDO APOYAR A GUADIÓ Y SU SALIDA BURGUESA.  No va a traer ninguna solución a ese problema de base.

Ese es el aspecto estratégico del tema, nos queda un aspecto táctico que ahora veremos, pero no puedo dejar pasar la última parte.

El socialismo en un solo país es imposible, estoy de acuerdo. ¿Qué vamos a hacer?

Astarita señala con toda lógica que una insurrección obrera o un gobierno de los soviets o cualquier cosa de esas no se puede conseguir de un día para el otro, en la escala nacional de Venezuela (o de Argentina, o de Uruguay). ¿Y en la escala internacional sí? ¿Cómo se hace una revolución internacional? Obviamente, en su perspectiva es algo totalmente imposible.

Vamos a la táctica, para eso no se necesita ser marxista. Alcanza Maquiavelo, Sun Tzu,  Clausewitz, pero ni siquiera tanto. De los romanos viene eso de Cui bono? , ¿quién se beneficia y quién se perjudica con los resultados de una acción determinada?

De todo lo que se explica en esas páginas queda claro que no les parece que pueda haber un entendimiento pacífico con el régimen de Maduro, que incluso un intento en ese sentido sería a su entender algo repudiable, y que en cambio ese régimen debe ser derribado. ¿Derribado por quién? Astarita y los demás dejan también muy claro que no hay condiciones hoy para un levantamiento popular revolucionario. Como hemos visto, tampoco la oposición burguesa logra ni levantamiento ni elecciones ni nada. Quedan dos posibilidades, una la ha intentado Guaidó y es llamar a un levantamiento militar, un golpe palaciego. Aun si lo lograse, sería cambiar una dictadura militar por otra. Astarita dice, como seria objeción a Maduro, que la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos, comparto y aplaudo. ¿Pero qué estoy aplaudiendo?

¿Y una intervención militar extranjera? Estamos hablando de una guerra civil. Cui bono?

Decía yo en un comentario que si entra la ayuda humanitaria por lo menos habría con qué atender a los heridos en esa guerra, los muertos qué lastima.

Vamos a este otro argumento de Astarita:

" Pienso que el punto de partida para elaborar una política socialista es el análisis de la situación en que se encuentran las clases sociales, y la economía. En este respecto, lo principal es el derrumbe económico y social venezolano... Es que cuando la depresión diezma socialmente las filas de los trabajadores, tienden a empeorar las condiciones para que haya una respuesta de la clase obrera . Y esto puede agravarse infinitamente cuando incluso la supervivencia diaria se ha transformado en un calvario, y millones eligen el camino del exilio para escapar del desastre. Toda la experiencia histórica nos indica que el empeoramiento extremo de las condiciones de vida no genera por sí mismo la fuerza revolucionaria que pueda superar al capitalismo". 

Bien, puedo estar de acuerdo, en parte , pero está esto que dice Lenin sobre la situación revolucionaria:

"1) La imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su dominación; tal o cual crisis de las 'alturas', una crisis en la política de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas. Para que estalle la revolución no suele bastar con que 'los de abajo no quieran', sino que hace falta, además, que 'los de arriba no puedan' seguir viviendo como hasta entonces. 2) Una agravación, fuera de lo común, de la miseria y de los sufrimientos de las clases oprimidas. 3) Una intensificación considerable, por estas causas, de la actividad de las masas, que en tiempos de 'paz' se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por toda la situación de crisis, como por los mismos 'de arriba', a una acción histórica independiente". 

¿Describe eso la situación de Venezuela? Diría que sí, excepto en un aspecto de complejidad. Y es lo de la " acción histórica independiente". Hay una crisis política arriba, eso es evidente, no saben ni cómo arreglar la cosa. Hay agravación de la miseria y sufrimientos de los oprimidos. Y hay también una intensificación de la actividad de las masas. Lo que pasa es que esa situación no responde al esquema binario , la acción de las masas no está toda de un único lado sino que hay acciones de un lado y del otro, y suben y bajan, y el lado que se alza contra el orden está para reproducir el orden y acentuar la opresión de las masas, y evitar una revolución.

La penuria y desarticulación de la clase obrera es un factor importante, pero TODAS las revoluciones históricas ocurrieron en esas condiciones de penuria extrema, no ocurren cuando los obreros pueden llegar a fin de mes, ir al cine y a la salida a comer una pizza.

A su vez, los muy pequeños grupos de intención revolucionaria que podrían acompañar e impulsar la maduración de las masas desde adentro, están todavía haciendo su experiencia y cambiando sus posiciones políticas para actuar en esta realidad, porque contra la realidad se han dado, y la vienen corriendo de atrás. Y eso siempre fue así en todas las revoluciones. Hay aquí varias aproximaciones, contradictorias entre sí, y en polémica por los pasos a dar. Hay por ejemplo una discusión entre dos grupos trotskistas venidos del "chavismo crítico" sobre referéndum consultivo, sí o no. Y nada vamos a ganar pontificando desde Buenos Aires o desde Montevideo. Deberíamos respetarlos y escuchar lo que tienen que decir. 

 

Lo que sí me parece es que esta situación en Venezuela es favorable a un desarrollo revolucionario. Y lo que tiene que hacer el marxismo está más que claro. Porque la batalla que llevó adelante el chavismo está completamente perdida, pero recién estamos entrando en esta época histórica, hay tiempo para organizar otra, pelearla y ganarla. Y ese marxismo que le pone la frutilla de la torta a la contrarrevolución burguesa, no ayuda.

"La victoria final es segura, pero los caminos tortuosos, los errores pasajeros y locales que aún ahora son tan inevitables, serán más corrientes que nunca. Pues bien, tendremos que ocuparnos nosotros. ¿Y si no, para qué estamos?" Engels , a A.Sorge, 1883


Notas de Astarita sobre el el tema:

El FIT y Venezuela 26/01

La declaración del FIT sobre Venezuela 30/01

Venezuela y el argumento nacionalista 05/02

Venezuela y las tradiciones democráticas en el socialismo 13/02

Venezuela y política marxista 20/02 

¿De qué democracia de los trabajadores hablan? 25/02

Democracia chavista, ¿qué fue del “poder popular”? 05/03


 




 


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